
El gran Doctor de la Iglesia San Francisco de Sales (1567-1655) ofrece una espléndida enseñanza sobre el Purgatorio. Ya en la Edad Media enseñó que «del pensamiento del Purgatorio podemos sacar más consuelo que miedo». Esto es lo que nos dijo:
- Las almas viven allí en continua unión con Dios.
 - Están perfectamente conformados a la voluntad de Dios. Sólo quieren lo que Dios quiere. Si el cielo se les abriera, preferirían correr al infierno antes que presentarse manchados ante Dios.
 - Se purifican voluntariamente, con amor, porque Dios así lo quiere.
 - Quieren permanecer en la forma que agrada a Dios y por el tiempo que Él quiera.
 - Son invencibles en el juicio y ni siquiera pueden tener un movimiento de impaciencia o cometer imperfecciones.
 - Aman a Dios más que a sí mismos, con amor simple, puro y desinteresado.
 - Son consolados por los ángeles.
 - Están seguros de su propia salvación, con una esperanza sin igual.
 - Su amargura se alivia con una paz profunda.
 - Si el dolor que sufren es infernal, la caridad vierte en sus corazones una ternura inefable -la caridad que es más fuerte que la muerte y más poderosa que el infierno.
 - El purgatorio es un estado feliz, más deseable que temible, porque las llamas que existen son llamas de amor.
 
(Extracto del libro O Breviário da Confiança, de Monseñor Ascânio Brandão)
Fuente: https://it.aleteia.org