Si estuvieras en el Purgatorio, ¿qué querrías de regalo para Navidad?
Sabemos que el mes de noviembre está dedicado a las almas del Purgatorio, sin embargo, a través de santos y videntes, hemos podido saber que la temporada navideña es la mejor época del año para orar por las almas del Purgatorio, ya que se percibe que son liberadas y elevadas al Cielo, especialmente durante la noche Navidad. Se cree que es en ese momento en que miles de almas del Purgatorio son elevadas al Cielo. La Santísima Virgen, de hecho, lo mencionó a Mirjana en Medjugorje una vez:
Es en el día de Navidad y no en el de Todos los Santos, cuando un gran número de almas abandona el Purgatorio.
San Alfonso y Santa Teresa de Ávila también mencionaban que la mayoría de las almas son liberadas del purgatorio el día de Navidad. Parece que la Solemnidad de la Natividad del Señor es cuando el purgatorio está menos poblado.
Esto significa que podemos ayudar a un alma (o muchas) en el purgatorio a llegar al cielo el 25 de diciembre. Y también durante los ocho días de la Octava de Navidad. Pero no olvidemos que debemos rezar por ellas todo el año; esta recomendación es sólo para redoblar nuestras oraciones, aprovechando que ese día el Señor parece estar más dispuesto a abrir las puertas del Cielo.
San Alfonso y Santa Teresa nos dicen que al defenderlos con nuestras oraciones, podemos ayudar a convertir su dolor en gloria eterna.
En el libro “¡Sáquennos de aquí!”, entrevista a María Simma, vidente de las almas del Purgatorio, cuyo apostolado recibió la bendición de San Juan Pablo II, le preguntaron: ¿Hay días más especiales que otros en los que salen muchas almas del purgatorio hacia el Cielo? Ella respondió: Sí. La mayoría son liberadas en Navidad, pero esto depende de cuánto se ha rezado y ofrecido por ellas. Es en Navidad porque es el día en el que hay más gracias. Y también muchas almas son liberadas en Viernes Santo, en el día de la Ascensión y en el día de Todos los Difuntos.
¿Qué pasa si nuestros seres queridos que ya están en el paraíso? ¿Se desperdician nuestras oraciones? No, al contrario.
Veámos el Catecismo :
“La Iglesia peregrina, perfectamente consciente de esta comunión de todo el cuerpo místico de Jesucristo, desde los primeros tiempos del cristianismo honró con gran piedad el recuerdo de los difuntos y también ofreció sufragios por ellos; “pues es una idea santa y piadosa orar por los difuntos para que se vean libres de sus pecados” (2 M 12, 46)”” (LG 50). Nuestra oración por ellos puede no solamente ayudarles, sino también hacer eficaz su intercesión en nuestro favor. (CIC 958)
Sus oraciones por nosotros y por los demás se vuelven más poderosas. Santo Tomás de Aquino llamó a esto “gloria accidental”. Y la lección aquí es nunca dejar de orar por los muertos.
Teniendo todo esto en cuenta, compartimos algunas sugerencias:
- Ofrece la Misa de Navidad, la Sagrada Comunión e indulgencias ese día. Detente en el pesebre e implora al Niño Jesús que interceda por las almas más abandonadas, las de los sacerdotes y religiosos consagrados. Tendemos a canonizarlos y a acortar demasiado pronto nuestras oraciones por ellos.
- En casa, reza al menos una decena del rosario (idealmente reza el rosario completo) frente al pesebre.
- En la iglesia o en casa, enciende una vela bendita por los difuntos, especialmente por aquellos que han fallecido desde la Navidad pasada. La velas encendidas no sólo son un signo de nuestra oración sino que también disipan las tinieblas en las que se hallan las almas.
- Reza la Oración del Descanso Eterno (o Réquiem Aeternam en latín) antes y después de las comidas durante la Octava de Navidad: “Concédeles, Señor, el descanso eterno, y brille para ellos la luz perpetua. Que las almas de todos los fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz. Amén” (u otra versión que sea de tu conocimiento o agrado).
- Reza el Rosario de los 100 Réquiem por las almas del Purgatorio
- Une tus oraciones con las intercesiones de las santas almas del purgatorio que oran por sus afligidos seres queridos en la tierra (las benditas almas no pueden orar para sí mismas, pero sí pueden orar por nosotros que todavía estamos en la tierra).
- Ofrece algún sacrificio por las santas almas, por ejemplo ayuno, largas caminatas, entre otros.
- Si puedes, manda a celebrar misas gregorianas por un ser querido que ha fallecido.
- El 1 de enero, solemnidad de María, la Santa Madre de Dios, únete a Nuestra Señora en oración por las santas almas.
Estas son sólo algunas sugerencias y recomendaciones, pero tú puedes seguirlas de la forma y en la medida que consideres posible.
Esto es lo que escribió Santa Faustina sobre el purgatorio y la Santísima Virgen:
Vi a mi Ángel Guardián, quien me ordenó que lo siguiera. En un momento estaba en un lugar brumoso lleno de fuego en el que había una gran multitud de almas sufrientes. Rezaban fervientemente, pero en vano, por sí mismos; solo nosotros podemos acudir en su ayuda. Las llamas que los quemaban no me tocaron en absoluto. Mi ángel guardián no me dejó por un instante. Les pregunté a estas almas cuál era su mayor sufrimiento. Me respondieron con una sola voz que su mayor tormento era anhelar a Dios. Vi a Nuestra Señora visitando las almas del Purgatorio. Las almas la llaman “La estrella del mar”. Ella les trae refrigerio. Quería hablar con ellos un poco más, pero mi Ángel Guardián me hizo señas para que me fuera. Salimos de esa prisión de sufrimiento. Escuché una voz interior que decía: “Mi misericordia no quiere esto, pero la justicia lo exige”. Desde ese momento, estoy en comunión más cercana con las almas que sufren. (Diario de Santa Faustina, 20)
En Navidad, y durante todo el año, Dios nos invita a ofrecer oraciones y sufragios por las almas del Purgatorio.
Fuente: catholicdigest.com